Gestionar la biodiversidad, contribuye a que las empresas puedan mejorar sus actividades de múltiples maneras. Por ejemplo, al identificar sus impactos, se reduce la exposición de la organización al riesgo, y por ende se ahorran recursos y se reducen costos al no tener que asumir los daños causados sobre la biodiversidad. Asimismo, beneficia a la conservación del capital natural, el cumplimiento de la legislación nacional e internacional, concientización sobre los empleados, obtención de certificaciones ambientales de alto renombre, además de mejorar la competitividad y posicionamiento de la empresa sobre el mercado.