Un homenaje a las personas refugiadas
Un homenaje a las personas refugiadas
Elisa Carlaccini, Oficial a Cargo de la Oficina del ACNUR en Costa Rica
- • 20 de junio, Día Mundial del Refugiado
Imagínese que un día, sin previo aviso, se ve obligado a huir de su casa, dejarla intacta con casi todas sus pertenencias adentro; abandonar a su familia y amigos, su lugar de estudios y su trabajo, abandonar el barrio donde creció y vivió toda su vida; sus vecinos y vecinas; abandonar su hogar, el calor de su cama, su rutina, su paz, su felicidad, sus sueños, sus oportunidades. Se ve obligado a abandonar todo. ¿Y ahora qué tiene? Puede ser que se vea tentado a decir: ¡Nada! ¿Y ahora qué hago? Puede ser que se vea tentado a decir: ¡No sé!
Pero, ¿qué otra opción había? Huir era la única forma de salvaguardar su vida, su libertad y su seguridad, que se veían amenazadas por la violencia y los conflictos armados en su país. Cuando se es víctima de constantes y graves violaciones a los derechos humanos hay un momento en que solo queda decir: ¡Basta! y hacer algo al respecto.
Las personas refugiadas son aquellas que se han visto forzadas a huir de su país porque su vida, libertad o seguridad están en peligro.
En Costa Rica, 12.900 personas han obtenido la condición de refugiado durante los últimos 15 años. Miles de personas que debieron comenzar una nueva vida en un nuevo país, lejos de su familia, sin trabajo, sin hogar, sin respaldo de sus estudios, con oportunidades limitadas. Esto convierte a nuestro país en el segundo país en América Latina, después de Ecuador, con mayor número de personas refugiadas reconocidas. Desde 2014, Costa Rica recibe un promedio de 100/140 nuevos solicitantes de esta condición cada mes.
A pesar de que la mayoría de las personas refugiadas en Costa Rica tienen mucho talento, buenos niveles educativos, hablan el idioma español, comparten la cultura latinoamericana y tienen muchas ganas de trabajar y reconstruir sus vidas en el país de acogida; aún enfrentan serios problemas para conseguir trabajo, en especial en el sector formal.
¿Qué los limita? El desconocimiento de su derecho a trabajar, la falta de información que limita su acceso a servicios como la seguridad social, la falta de oportunidades, las dificultades para respaldar sus estudios y experiencia laboral, las barreras para conseguir crédito e iniciar sus empresas, la falta de documentación, el escaso acceso a la educación y capacitación, entre otras razones.
Para solucionar esta situación, nació en el 2013 el programa “Vivir la Integración” con el objetivo de promover la inserción de las personas refugiadas en el mercado laboral y, por ende, su integración en la sociedad costarricense, a través de la identificación de opciones de empleo y la generación de capacidades para el autoempleo.
Vivir la Integración es el resultado de una alianza público-privada que une los esfuerzos de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Costa Rica, la Asociación Empresarial para el Desarrollo (AED), la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME), la Cámara de Comercio de Costa Rica y la Asociación de Consultores y Asesores Internacionales (ACAI).
El programa se basa en la premisa de que el acceso al empleo es el mejor mecanismo para garantizar la integración social de las personas refugiadas, ya que representa la oportunidad de reconstruir sus vidas, obtener la autosuficiencia y contribuir al progreso del país que les ha acogido.
“Vivir la Integración” ha trabajado de la mano con empresas públicas y privadas para fomentar la inserción laboral de las personas refugiadas mediante ferias de empleo, capacitaciones y sensibilización, intermediación laboral, apoyo para el reconocimiento de sus estudios y el fomento de las MiPYMES lideradas por personas refugiadas. El programa potencia las oportunidades de las personas refugiadas de aportar con su talento a la competitividad de empresas diversas, inclusivas y responsables con un trabajo que fortalezca su proyecto de vida, su felicidad, sus sueños y su futuro.
La iniciativa, además, favorece principios establecidos en el marco legal costarricense, específicamente en la Ley General de Migración, la cual determina que la migración es un tema de interés público para el desarrollo del país y, por lo tanto, que se debe fomentar la integración de las poblaciones extranjeras.
Desde su creación “Vivir la Integración” ha logrado que 357 personas refugiadas encuentren una solución a su situación de desempleo, mediante el trabajo y sensibilización de más de 150 empresas de manera directa y un alcance de cerca de 1.000 compañías por medio de campañas en medios digitales. Además, reconoció a 33 empresas y 3 organizaciones públicas por sus esfuerzos en la integración de las personas refugiadas en el 2014 y, actualmente, cuenta con 45 empresas aliadas. Estas 45 empresas han ofrecido capacitación y formación a un promedio anual de 350 personas refugiadas y solicitantes de esta condición.
En el marco del Día Mundial del Refugiado (20 de junio) - como homenaje a la realidad de 51.2 millones que actualmente son víctimas del desplazamiento forzoso en el mundo-, ACNUR y las organizaciones aliadas de Vivir la Integración desean ofrecer un reconocimiento público a las empresas y organizaciones que se han unido al programa y están colaborando en la causa de la integración y protección de las personas refugiadas. ¡Gracias, porque con sus acciones logramos que Costa Rica sea una sociedad próspera, inclusiva y digna para todos y todas!