¿Qué va a hacer la empresa si sus posibles colaboradores y colaboradoras no están lo suficientemente capacitados en el futuro? ¿Qué va a hacer la empresa si los recursos naturales que requiere para sus operaciones se agotan? ¿Qué va a hacer la empresa si sus proveedores quiebran porque no reciben pagos a tiempo? ¿Qué va a hacer la empresa si la comunidad donde se encuentra sabotea sus operaciones porque no es un buen vecino? ¿Qué va a ser la empresa si sus clientes no vuelven a comprar sus productos porque no tienen la calidad suficiente, porque contaminan o porque la empresa ha tenido escándalos de corrupción?

Las empresas deben saber que para sobrevivir y crecer en el tiempo necesitan que las partes interesadas con quien se relacionan también sobrevivan y crezcan en el tiempo y que lo hagan con su ayuda. Para ello, es necesario que integren a nivel interno un concepto que, valga la redundancia, los llevará muy lejos: la sostenibilidad.

La sostenibilidad se refiere a la existencia y fortalecimiento en el tiempo de la vida, de los recursos, de los seres vivos y, por supuesto, de las empresas. La sostenibilidad empresarial solo es alcanzable si las organizaciones reconocen y se responsabilizan por sus impactos, llevan a cabo prácticas responsables de negocios con todas sus partes interesadas –público interno, medio ambiente, comunidad, proveedores, clientes, gobierno-, establecen relaciones ganar- ganar y se comprometen y forman parte del desarrollo sostenible de la sociedad donde se encuentran.

La sostenibilidad solo es posible si las empresas son responsables socialmente. Pero, ¿qué es la responsabilidad social? En octubre de 2010, la Organización Internacional de Estandarización (ISO) universalizó el concepto que se tenía de Responsabilidad Social en el mundo por medio de la NormaISO26000 de Responsabilidad Social estableciendo que:

“La responsabilidad social es la responsabilidad de una organización ante los impactos que sus decisiones y actividades ocasionan en la sociedad y el medio ambiente, mediante un comportamiento ético y transparente que:

• Contribuya al desarrollo sostenible, incluyendo la salud y el bienestar de la sociedad
• Tome en consideración las expectativas de sus partes interesadas
• Cumpla con la legislación aplicable y sea coherente con la normativa internacional de comportamiento
• Esté integrada en toda la organización y se lleve a la práctica en sus relaciones”

Las empresas no son entes aparte, sino que forman parte de un  conglomerado de actores que deben trabajar de manera conjunta por solventar los problemas prioritarios del planeta, mejorar la calidad de vida y desarrollarse sosteniblemente. Las empresas pueden crecer, pero deben crecer generando valor con todas las partes con quien se relacionan. “No existen empresas exitosas en sociedades fracasadas”, decía Stephan Schmidheiny.

Entonces, la Responsabilidad Empresarial y la Sostenibilidad NO son una nueva tendencia de negocios que se está dando por moda. ¡No! La Responsabilidad Empresarial y la Sostenibilidad son una NECESIDAD de supervivencia de las empresas, es un factor que aporta competitividad y es la forma cómo las empresas pueden aportar al desarrollo sostenible del planeta mientras son exitosas y crean valor en lo ambiental, en lo social y lo económico. ¿Quiere ser sostenible? Sea responsable.

“Si querés ir rápido, caminá solo. Si querés ir lejos, caminemos juntos”, (Proverbio africano).