Voluntariado: la palanca de la sostenibilidad
Voluntariado: la palanca de la sostenibilidad
Angélica Vargas, Responsabilidad Individual
Hay que reconocer la realidad: la mayoría de las empresas en Costa Rica no utilizan el voluntariado como una herramienta que les ayude alcanzar sus metas de sostenibilidad.
Esta situación tiene su razón de ser en el origen disímil de ambas prácticas. Por un lado, la existencia del voluntariado se remonta muchos siglos atrás y tiene que ver con la labor caritativa de las órdenes religiosas o la misión de organizaciones como la Cruz Roja. Por otra parte la búsqueda de la sostenibilidad es una tendencia contemporánea cuya universalización tiene poco más de una década.
El encuentro entre ambos términos ha sido lento. Fueron las organizaciones no gubernamentales dedicadas a temas de conservación, las primeras en echar mano del voluntariado para alcanzar sus metas. Sin embargo el avance en el uso del voluntariado para mejorar el desempeño sostenible de las empresas es aún hoy bastante marginal.
Para empezar debemos reconocer que la mayoría de las empresas relacionan la sostenibilidad del negocio como un tema que concierne solamente a un departamento o a un comité de “gente apasionada por el ambiente”.
Pero la realidad es que cuando hablamos de sostenibilidad, nos referimos realizar todas las gestiones necesarias para que nuestra empresa pueda mantener su competitividad en el tiempo.
Cuando hablamos de esto no nos referimos solamente a gestión de los impactos ambientales de las empresas, sino también a los impactos sociales y económicos, y a la necesidad de encausar la gestión integral de la empresa hacia la sostenibilidad.
Para lograr esto de una manera eficaz, profunda, que realmente repercuta en el interior de la empresa y permee a la sociedad en la cual se inserta, es imprescindibles asignarle una función relevante a la responsabilidad individual de todos los colaboradores, por medio de un plan de voluntariado estratégico corporativo.
Por medio de este plan se articula cada objetivo, proyecto, actividad en función de los objetivos de gestión de cada uno de los pilares: ambiental, social, económico.
Basándonos en la definición de la norma ISO 26000 de responsabilidad social, la responsabilidad social individual (RSI) o personal es la responsabilidad que tiene una persona ante los impactos que sus acciones y decisiones tienen en su entorno (social, laboral, económico y ambiental).
Si partimos de este concepto, la RSI se convierte un elemento fundamental, un pilar de la RSE, porque no podemos tener organizaciones responsables sin colaboradores responsables.
La idea del voluntariado estratégico corporativo es que desarrolle una sinergia entre la gestión de impactos de la empresa y la gestión de impactos de cada individuo que labora en ella. Esta sinergia representa un ganar-ganar, en donde los colabores entregan su fuerza de trabajo y la empresa aporta el tiempo y las herramientas para cumplir con objetivos mutuamente beneficiosos.