En AED promovemos la innovación como medio para integrar las consideraciones sobre nuestros impactos económicos, sociales y ambientales desde la generación de ideas, la investigación y desarrollo, la producción y comercialización de los productos y/o servicios, hasta en la reingeniería de procesos y la creación de nuevos modelos de negocios. Vemos la innovación como un lente que nos permite re-pensar nuestro negocio para conducirlo de forma responsable. La innovación es un medio y no un fin y, por lo tanto, es una capacidad que puede potenciarse en todas las personas de la organización.

Invertir en una cultura de innovación potencia la creatividad y la gestión flexible y ágil. En tiempos como el actual, en que vivimos con incertidumbre, una respuesta ágil y a la vez consciente de los impactos a corto, mediano y largo plazo, nos permitirá ser más resilientes. Si además incluimos expectativas de nuestras partes interesadas, estaremos desarrollando capacidad de empatía, que en definitiva nos permite capitalizar nuevas oportunidades de mercado al tiempo que resolvemos necesidades de las personas.

Debemos tener en cuenta que la cultura de innovación no se hace de la noche a la mañana. En ocasiones, implica un proceso complejo que nos saca de la zona de confort. La zona de confort puede ser, por ejemplo, capacitar en innovación y, al mismo tiempo, temer al fracaso y, por lo tanto, las personas en nuestra organización no proponen nuevas ideas, porque saben que no serán bien recibidas si implican riesgo. Por lo tanto, no lo tomemos a la ligera, organicemos nuestra gestión, pensemos a dónde queremos llegar y partamos de reconocer nuestras brechas.

Algunas de las acciones que podemos implementar son:

• Realizar un diagnóstico para identificar las brechas.
• Capacitar al personal en técnicas y herramientas para potenciar la empatía.
• Abrir espacios seguros, con control, para proponer nuevas ideas, que pueden ser desde el cambio de un proceso que “siempre hemos hecho de cierta forma” hasta un nuevo producto y/o servicio. Poco a poco esos espacios seguros se irán convirtiendo en procesos más abiertos, que toleran las fallas.
• Crear grupos interdisciplinarios para resolver retos cotidianos de la operación.
• Considerar la opinión de nuestras partes interesadas, de muchas ya recibimos retroalimentación por los medios más tradicionales, como las encuestas de satisfacción o los buzones de sugerencias.
• Finalmente, procurar estar atentos y atentas a los desafíos que enfrenta nuestra sociedad, la sensibilidad ante las problemáticas sociales y ambientales nos invita a la curiosidad y plantear soluciones distintas a las que ya se han puesto en práctica.

Estamos a 8 años de rendir cuentas por los logros relacionados con los ODS y bien lo indica el ODS 17 que debemos trabajar en alianzas. Abrámonos a la posibilidad de co-crear con nuestras partes interesadas, es otra forma de procurar la innovación en nuestras organizaciones.