Ileana Rojas Saborío tiene un propósito de vida que es el mismo de su carrera profesional: ejercer un liderazgo de servicio. Servir es trabajar para que todas las personas que son parte de su vida tengan herramientas para progresar.

Ella es ingeniera en computación. Creció en Pérez Zeledón y hoy es líder de Intel Costa Rica como Gerente General, además, es la primera latina, basada en región, en ocupar el puesto de vicepresidenta dentro del área de Diseño de Ingeniería en Intel. Ileana es una mujer pionera que reconoce la Alianza Empresarial para el Desarrollo (AED) en conmemoración del día internacional de las mujeres.

En su vida ha trabajado para alinear propósitos y metas pero también valores; quiere liderar bien, para lo cual procura tomar decisiones que califica como “firmes, éticas, justas y que amplíen oportunidades”.

Los espacios de las mujeres en la sociedad se pueden ampliar en la medida en que tanto hombres como mujeres concilien la vida familiar y laboral así como el cuido desde la responsabilidad compartida.

“De esta forma el equilibrio entre la vida personal y laboral sería más balanceada para todos”.

“En mi hogar, mi esposo y yo tratamos de balancear las responsabilidades familiares.  Además, tenemos la bendición de contar con una red de apoyo maravillosa que nos ha apoyado en las buenas y en las malas”.

Solos no se puede, así lo asegura. “No podemos lograr el amplio impacto social al que aspiramos (si lo hacemos) solos”.

¿Cómo hacerlo en las empresas? Sugiere que se debe desarrollar y escalar programas y colaboraciones con clientes, gobiernos, organizaciones no gubernamentales, la academia y otros grupos de interés.

Diversidad, inclusión y equidad son la fórmula, construida sobre la transparencia, gobernanza y ética, con metas claras y ambiciosas, rendición de cuentas y que todo esté profundamente integrado en todos los aspectos del negocio, y además se debe extender a toda la cadena de valor.

“Las empresas debemos tomar medidas para integrar profundamente las expectativas de diversidad e inclusión en nuestra cultura, sistemas de gestión del desempeño, programas de remuneración, expectativas de liderazgo, procesos de contratación con métricas definidas y una comunicación transparente de los resultados, así como datos de representación y equidad de género con el fin de rendir cuentas y motivar a otros para que actúen en consecuencia”.

Cada mujer, dice Ileana, debe alzar su voz, señalar lo que denomina como sesgos inconscientes que frenan los resultados para la equidad de género.

“Sigamos trabajando por la equidad, necesitamos compensar las desventajas históricas y sociales que impiden que las mujeres operemos en igualdad de condiciones”.