Seis sorprendentes datos sobre los Parques Nacionales de Costa Rica
Costa Rica, un país reconocido mundialmente por su extraordinaria biodiversidad, alberga una riqueza natural sin igual en sus áreas silvestres protegidas (ASP). En estos espacios, el país protege una cuarta parte de su extensión terrestre y casi un tercio de su territorio marino, a lo largo de 178.054 kilómetros cuadrados.
Entre las 152 ASP que administra el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC), destacan los 30 parques nacionales creados hasta la fecha. Estos territorios, ubicados en las siete provincias del país, resguardan ecosistemas de enorme valor biológico, científico, educativo y turístico tanto nacional como internacional.
La empresa costarricense FIFCO se enorgullece de contribuir a la fundamental labor de los parques nacionales, por medio del trabajo que realizan sus voluntarios en áreas como limpieza de senderos, mantenimiento de infraestructura, donación de herramientas y educación ambiental. A través del programa corporativo Elegí Ayudar, durante el 2024 más de 150 voluntarios, entre colaboradores y accionistas de FIFCO, han dedicado 1.200 horas de trabajo en seis parques nacionales distribuidos en las provincias de Cartago, Puntarenas, Alajuela y Guanacaste.
Este 24 de agosto se conmemora el Día Mundial de los Parques Nacionales. Para celebrar esta fecha, FIFCO comparte seis sorprendentes datos sobre las áreas protegidas con las que ha tenido el privilegio de colaborar este año:
- Parque Nacional Volcán Irazú, una vista de dos océanos: El Volcán Irazú, con una elevación máxima de 3.432 metros sobre el nivel del mar en la provincia de Cartago, es el volcán más alto de Costa Rica. En días despejados, es posible ver desde su cima tanto el océano Pacífico como el Atlántico, e incluso, con un telescopio, el Lago de Nicaragua.[1] Este 2024, los voluntarios de FIFCO han trabajado en la pintura de la baranda del cráter y en la limpieza y construcción de una cerca en el sendero del árbol embrujado, ubicado en el sector Prusia.
- Parque Nacional Carara, santuario de la lapa roja: Carara, cuyo nombre en lengua indígena Huetar significa “Río de lagartos”, es el hogar del único bosque de transición del Pacífico Central, en Puntarenas. Este parque es un destino reconocido a nivel mundial por su avifauna, destacando la presencia de la lapa roja (Ara macao), una especie en peligro de extinción.[2] Además, Carara fue el primer parque nacional en contar con un sendero de acceso universal que facilita la visita de personas con discapacidades físicas. Este año, los voluntarios de FIFCO han contribuido al mantenimiento de los senderos y al transporte de piedras, garantizando caminos seguros y accesibles.
- Reserva Forestal Grecia, homenaje a la niñez: Conocida como el “Bosque del Niño”, la Reserva Forestal Grecia, ubicada en Alajuela, tiene una historia peculiar. En 1979, el Estado adquirió una finca de 40 hectáreas y la denominó Bosque del Niño, ya que ocho hectáreas fueron reforestadas con árboles exóticos por niños de comunidades vecinas, en conmemoración del Año Internacional del Niño.[3] Durante el 2024, los voluntarios de FIFCO han trabajado en el mantenimiento de senderos y la limpieza de ranchos, asegurando que este bosque siga siendo un lugar de encuentro con la naturaleza.
- Monumento Nacional Guayabo, hallazgos milenarios: El Monumento Nacional Guayabo, localizado en Turrialba de Cartago, es uno de los sitios arqueológicos más importantes de Costa Rica. Investigaciones realizadas por la Escuela de Arqueología de la Universidad de Costa Rica han detectado allí estructuras que datan de hace más de 1.000 años[4], incluyendo construcciones de madera y palma que fueron habitadas entre los años 850 y 1150 d.C. En 2024, FIFCO ha trabajado en el mantenimiento de senderos y la pintura de un aula, ayudando a preservar este importante sitio arqueológico para futuras generaciones.
- Refugio Nacional Mixto de Vida Silvestre Conchal, ejemplo de alianza público-privada: Este espacio de casi 40 hectáreas fue creado como un modelo a seguir en la provincia de Guanacaste. Es un ejemplo de colaboración público-privada[5] para la conservación y restauración ambiental, pues un 71% es propiedad de Reserva Conchal, la división de hospitalidad de FIFCO, y otro 29% es Patrimonio Natural del Estado. El refugio protege ecosistemas asociados al manglar y el bosque seco transición a húmedo, y es hogar de especies de fauna como monos congos, venados cola blanca y pájaros carpinteros. Durante el 2024, en el laboratorio de educación ambiental del Refugio se han facilitado espacios educativos a 36 niños y niñas.
- Parque Nacional Barra Honda, portal a las profundidades de la Tierra: El Parque Nacional Barra Honda, ubicado hacia el noreste de la ciudad guanacasteca de Nicoya, es el único en Costa Rica que cuenta con un complejo de cavernas subterráneas, las cuales han sido exploradas por científicos en un 50%[6]. De las 19 cavernas examinadas, sólo la Terciopelo está abierta al público, y ofrece una experiencia ideal para los amantes del turismo de aventura. En febrero de este año, voluntarios de FIFCO crearon un perímetro protector de ocho kilómetros para defender los bosques del área protegida de los incendios forestales. Además, colaboraron con la pintura del comedor del parque y la limpieza de las áreas de jardín.
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